Es increhible el como juega el cerebro
las pasadas mas desagradables de la vida.
Así reflexionaba respecto a una
situación que se me ha presentado en mi casa, sucede que en casa ha
llegado un visitante que de antemano mi madre conocía de su llegada,
mas yo no...
Llegando del trabajo y me encuentro con
la sorpresa y me digo, ¿Eh y este que hace aquí? Se aparece así
sin avisar, en la Habana esto no es así, aquí las cosas están bien
planificadas, la economía apenas alcanza para comer y todo esta
bien apretado...
Esa fue la primera jugada en mi
subconciente, poniendome frente al prejuicio sin escuchar antes de
qué iba la cosa, pero no obstante hice preguntas que fueron
respondidas por mi madre aclarando así mi inquietud respecto a la
“inesperada” visita ( ella me comentó que conocía de su llegada
y yo estaba despistado). Por otro lado me explicó dos días después
sobre el personaje en cuestión, estaba en una situación un poco
embarasoza, me explicó que el motivo de su visita por la Habana es
producto de unos estudios indicados desde la provincia relacionado
con una ITS. Lo que implicaba que se quedaría haciéndonos compañía
por un tiempo medianamente extendido.
Por mi parte no hubo que objetar,
aunque dejamos ambos claros que si en el tiempo que estará en
hospedado en nuestra casa no se hace de un empleo tendría que
regresarse para Santiago de Cuba.
Le comentaba a mi madre en tono de
broma sobre mis prejuicios respecto al visitante lo insano de pensar
así... A ver, realmente no pienso así, es la creencia irracional
fastidiando al interior de mi subconsciente producto de esquemas
construidos en la sociedad cubana respecto al status de inmigrante y
sus peyorativos sumados al rumor generalizado de que todos/as son
malos/as y vienen a la capital a ocupar y aprovecharse de quienes
ofertan solidaridad.
Es un pensamiento algo complicado,
desde mi interior hice el comentario a mi madre de lo incorrecto que
es este tipo de creencia, incluso argumentaba mi preparación al
respecto que impide pensar así, actuar mucho menos teniendo en
cuenta que se está hablando de una persona que estará temporalmente
en casa y se encuentra en la necesidad de ayuda. Además, es como si
fuera un hijo para ella y lo acogió con mucho cariño...
Mientras mi madre y yo dialogabamos
sobre mis prejuicios bromeabamos de que si yo, que he adquirido un
nivel cultural moderadamente alto teniendo en cuenta otras familias
del barrio donde vivo, no me puedo imaginar como reaccionarían las
personas que actúen basándose en las ataduras mentales que ¨señalo¨
no son tan irracionales en algunos casos, por lo tanto confiado, pero
alerta.
En ese punto que me di cuenta que las
personas pueden ser cultas y preparadas en demasía, aparentemente
confiadas pero cuando se trata de convivencia el juego se pone
bastante difícil. Hay códigos y contratos establecidos entre los
que conviven un buen tiempo que pueden ser violentados por un agente
externo, eso choca para muchos/as se mantienen a la defensiva para
evitar que su espacio sea invadido.
Mirando desde una perspectiva mas
amplia me queda bastante claro que el ser humano está en una
constante lucha básicamente contra prejuicios y creencias
irracionales, me percaté que creí haber desmontado eso de mi
cerebro, reflexioné en profundidad en qué debo desalojar de mi
subconsciente, ser más objetivo y esperar como fluyen las cosas
antes de emitir un criterio sobre otra persona, podría predecir un
criterio válido teniendo en cuenta experiencias de vida, pero de lo
que estoy convencido ahora más que nunca, es mi deber constante para
la superación personal en aras de mejorar la calidad humana.
Está supuesto que no es saludable
confiar totalmente, las reservas son pertinentes en algunos casos ya
que si se es demasiado confiado con otros/as, se podría estar
haciendo el papel de idiota.
En fin que todo se basa en mantener un
balance coherente en las relaciones de convivencia sociales
interpersonales ¿Cómo mantenerlo? Las herramientas hay que
inventarlas a partir de experiencias de vida de otros y particulares.
La solución no la tengo, pero al menos el prejuicio y la creencia
irracional la tengo en la mira constantemente para en cuanto pretenda
salir al exterior erradicarla desde la fuente con objetividad y
razonamiento lógico, y si no me funcionan, pues ya me valdré de
libros o de especialistas en asuntos relacionados con el
psicoanálisis.
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